Siguiendo las indicaciones de Doña Petra, después de visitar su pequeña tienda en el pueblo de Arrazola en Oaxaca, llegamos a casa de Don Manuel Jiménez, conocido personaje del pueblo quien desde niño se caracterizaba por tallar ramas de madera, ramas que con el tiempo se convirtieron en figuras y que después serian conocidas como los “Alebrijes de Oaxaca”.
Tras la reja de la casa se percibía la calma de una tarde de fin de semana en familia. A la puerta me atendió la nuera del fallecido Manuel Jimenez, esposa de Angelico su hijo, quienes actualmente llevan el taller de alebrijes que inició su padre Don Manuel.
Cuentan que cuando el era un niño, se divertía cortando las ramas de los árboles y tallándolas en formas de animales, después de varios años su juego se convirtió en pasión y profesión. Cuenta su nuera que gracias a su persistencia y al encuentro con Arturo M. Train logró que sus figuras talladas en maderas como copal y roble se ganaran la aceptación y admiración de los clientes.
Al inicio comenzó a vender las figuras sin pintura, hasta que le fue solicitada la primer pieza en color. Inspirado en los bellos paisajes de su pueblo, busco en la naturaleza los coloridos pigmentos que le dieran a sus diseños la fuerza con la que hoy cuentan. Sus primeros pigmentos salieron de las cortezas de los árboles, dando así paso a lo que hoy conocemos como los famosos Alebrijes de Oaxaca..
En mezcal Tribal queremos compartir nuestro orgullo por estas artesanías inspirando los grabados de nuestra botella premium con los utilizados en estas obras de arte.